RITUAL PARA MEDITAR

La finalidad de la práctica de la meditación es el silencio interior para fortalecer la conexión con la energía de la vida que fluye a través nuestro.
No hay una forma buena o mala, correcta o incorrecta de meditar, pero es muy valioso desarrollar un ritual sencillo para practicarlo cada vez que meditas. Como observas, hay libertad en el desarrollo del ritual sin embargo los dos primeros pasos son imprescindibles en cualquier ritual de meditación independiente del tipo, cultura en la que crecimos o creencia religiosa… si la hay.
Lo primero es tener claro nuestro ¿para qué queremos meditar? ¿Qué queremos lograr con la meditación? ¿Queremos meditar por moda?
Lo segundo es la intención misma de la sesión de meditación. Por ejemplo, en una sesión o varias la intención de la meditación podría ser elevar la frecuencia de la paz en tu ciudad o país o ayudar a manejar el dolor de una persona diagnosticada con una enfermedad terminal o redescubrir y fortalecer la conexión con ti mismo(a).
La tercera es crear un ambiente tranquilo y de comodidad. Por ejemplo, realizar la practica a una hora antes de iniciar el día a día, aprovechando el silencio del amanecer, preferiblemente con ropa cómoda y si así lo deseas incluir unas velas aromatizadas para facilitar el proceso o realizar la sesión al aire libre, mientras percibimos los sonidos y formas de la naturaleza.
Cuando estamos iniciando es ideal estar cómodos preferiblemente usar ropa que no apriete y estar sentado o acostado en un lugar que hemos seleccionado para la práctica. Esto último es importante, puesto que hay personas con alguna discapacidad física que se privan de la práctica de la meditación porque se ha asociado su efectividad a una posición determinada, o secuencia de posiciones, según el tipo de meditación seleccionado. Al ser la meditación un trabajo que realizamos sobre nuestra mente para acceder a las energías en nuestro interior, la posición que adoptemos no es tan relevante puesto que solo requerimos a nuestro cerebro para operar sobre él. Sin embargo, está claramente demostrado que ciertas posiciones originadas en el yoga y que combinadas con la respiración consciente nos ayudan a relajar nuestro cuerpo y a ralentizar la producción de pensamientos con que nos entretiene nuestro cerebro.
Las personas que llevan años profundizando en los estudios y la práctica de la meditación (practicantes avanzados), pueden meditar en cualquier lugar y momento, sin embargo, cuando estamos iniciando y mientras desarrollamos la disciplina y regularidad de la práctica es mejor un ambiente tranquilo sin distractores.

A veces y durante las primeras sesiones de meditación es frecuente dormirse y aunque dormir durante la meditación no es lo que buscamos si es indicativo de varias cosas como por ejemplo que no estamos descansando lo suficiente y / o que estamos oponiendo, de manera inconsciente, resistencia al proceso (miedo a conectarse). Cualquiera sea el caso es importante recordar el para qué lo estamos haciendo y desarrollar la resiliencia y la paciencia para continuar con el proceso.
Para manejar esto, lo primero que realizamos en nuestras primeras practicas es aprender a escuchar nuestro cuerpo, cada parte tiene algo que contarnos y en la medida que nuestra mente se calma comenzamos escuchar a nuestro cuerpo desde el sentir. Poco a poco, practica tras practica vamos identificando su lenguaje y descubriendo todo lo que nos comparte.

Durante la práctica de meditación es importante no juzgar lo que estás sintiendo, los pensamientos que surgen o las emociones que están aflorando. Simplemente observamos todo lo que sale a la luz sin involucrarnos. Una razón simple es que siempre lo juzgado aumenta su resistencia y se aferra cuando lo que queremos es justamente lo contrario; que la meditación nos ayude a que nuestra vida fluya.
Es normal que durante la meditación vengan a nuestra mente imágenes cargadas emocionalmente que evocan sentimientos relacionados con personas o experiencias pasadas, simplemente no las analices ni cuestiones el por qué están allí. Solamente déjalas que salgan y obsérvalas, como quién ve las nubes pasar. Si salieron es simplemente porque querían que las observaras y sintieras. Cuando estos pensamientos o emociones surgen, simplemente obsérvalos hasta desvanecer y regresa tu atención a la respiración o a la técnica de meditación que estés utilizando en ese momento.

El juzgar y analizar es parte del lazo de control que ejerce nuestra mente sobre todas las cosas que vivimos. Al dejar de analizar y de preguntarnos el porqué de cada cosa que aflora durante nuestra meditación estamos dándole el control a la vida para que sane el contenido emocional (romper el aferramiento) relacionado con esas imágenes y pensamientos. Si lo miramos desde el punto de vista de experiencia en la resolución de conflictos…. La vida tiene muchos años más de experiencia que tu resolviendo situaciones.

Es frecuente confundir meditar con orar. Sin embargo, son dos partes del proceso de comunicación de dos vías. Esto es que cuando oramos (Orar es hablar con) expresamos con palabras algo y normalmente estamos entrenados para aprovechar el acto de orar para pedir algo. Cuando meditamos escuchamos. Por lo tanto, la meditación nos enseña a escuchar lo que la vida tiene para decimos en respuesta a nuestras oraciones.

La meditación no es una herramienta para analizar la vida. La meditación es una herramienta que nos permite liberarnos de la esclavitud que nos impone nuestra mente llevándonos más allá de ella, lejos del ruido de los pensamientos a un espacio silencioso… un fértil campo de infinitas posibilidades.

Es posible que durante la meditación experimentemos sensaciones físicas. El cuerpo físico tiene muchas formas de expresarse, siendo el hormigueo el más frecuente pasando luego, con práctica, a una sensación de percibir todo. Sin embargo, no analices este percibir todo, simplemente siéntelo todo gota a gota y deja que las emociones fluyan. Esto es un no bloquees las emociones, sobre todo a las de más vieja data, puesto que una emoción no atendida el cuerpo físico la trae de vuelta con forma de enfermedad, la somatiza, para que le prestes atención.

Aunque nuestra mente no lo comprende la vida siempre está buscando tu mayor bien por lo tanto sabe cómo acomodar todo a favor tuyo sin afectar el bien colectivo. Para que la Vida te ayude a organizar tu vida no la juzgues ni cuestiones… tu tarea simplemente es dejarla actuar y permitirte observar con asombro y sentir cada parte del proceso. Wow esta parte es muy difícil puesto que socialmente, desde muy niños, nos entrenan a controlar todas las variables para lograr lo que queremos. Entregarle el control a la vida para que nos lleve hacia nuestro bienestar tiene como resultado que el proceso es integrativo y permite que muchas personas avancen hacia su bienestar todo lo contrario ocurre cuando no cedemos el control y es que el resultado solo me beneficia a mí. ¿Te suena conocido?

Durante el ritual de meditación se puede usar música, aromas y objetos que ayuden a conectar con un estado meditativo, sin embargo, aunque sean de ayuda no reemplazan la práctica ni mucho menos son la meditación.