Hola #caminanteespiritual, esa sensación que aparece justo después de que algo que queremos lograr se dilata, aplaza o simplemente no va más… Ese hueco en el pecho que nos obliga a doblarnos sin comprender…
A nivel racional le damos vueltas, repasamos cada aspecto profundizamos en lo que creemos ha sido un resultado inesperado…… Sin embargo lo que para nuestra mente es un resultado descabellado para nosotros es exactamente lo que debemos experimentar para avanzar y progresar. Lo que a los ojos de la razón es una puerta que se cierra, a la luz de nuestro crecimiento interior es una puerta que se abre y que, solamente, al cruzarla encontraremos la sabiduría requerida para el siguiente paso.
Algo que nos cuesta trabajo asimilar es que la vida se comunica con nosotros a través de nuestra capacidad de SENTIR Miedo, Amor, Rabia, Tristeza, Alegría y Dolor; todas estas sensaciones son usadas por nuestro cuerpo para informarnos y en el centro de todas estas herramientas emocionales esta nuestro corazón.
Esta enfermedad, la que sea, no es más que una emoción reprimida que después de muchas veces de ser puesta en último lugar y olvidada toma otra forma, se somatiza, para que le prestemos atención y la atendamos como se merece…. Algún parecido con la realidad? Cuantas veces no prestamos atención a los momentos de tristeza, rabia, etc. que nos agobian? Y mucho menos los de las personas cercanas?
La invitación, para construir una vida feliz, es a aprender a escuchar y a seguir a nuestro corazón puesto que “EL CORAZÓN TIENE RAZONES QUE LA RAZÓN NO ENTIENDE” Blaise Pascal. O como hace poco bien lo ejemplificó Steve Jobs… “TEN EL CORAJE DE SEGUIR A TU CORAZÓN”