Caminante espiritual la cultura occidental asocia la compasión (del latín cumpassio cuyo significado es SUFRIR JUNTOS) con la lastima (visión Judeocristiana) y el interés por la persona que sufre. A veces sentimos un afecto sincero y hasta reconocemos las necesidades y el dolor de otro, sin embargo, compasión es ir más allá de nosotros, es ir más allá de nuestra comodidad para que con la firme y sostenida determinación hagamos todo lo que sea posible y necesario para contribuir a aliviar el sufrimiento de otro.
La compasión como la conceptualizamos en occidente se basa en la empatía. Y, ocurre que la empatía se relaciona con las áreas cerebrales relacionadas con el dolor (sentimos el dolor de otros) mientras que la compasión se relaciona con las áreas cerebrales relacionadas con el amor y el deseo de ayudar a otros a aliviar su sufrimiento.
En pocas palabras, sentir gran e intensa empatía por el individuo que sufre, puede hacernos sentir abrumados por el sufrimiento del otro. La consecuencia es que la empatía puede producir una experiencia de aversión (rechazo) inhabilitándonos para ofrecer apoyo al que sufre. Mientras que la compasión produce emociones positivas y sentimientos de afiliación y amor, que favorecen la resiliencia. La compasión no nos desgasta emocionalmente ni nos lleva a desarrollar sentimientos de aversión.
Para el budismo, la compasión es la mente que siente aprecio por los demás y desea liberarlos de su sufrimiento. Por definición, para el budismo, “LA COMPASIÓN CONSISTE EN EL DESEO DE QUE TODOS LOS SERES SINTIENTES ESTÉN LIBRES DE SUFRIMIENTO”. La compasión es la esencia de la vida espiritual, el corazón del budismo y la raíz de buda.
La compasión desde la práctica budista implica AUMENTAR EL ÁMBITO DE NUESTRA COMPASIÓN HASTA ABARCAR A TODOS LOS SERES SINTIENTES SIN EXCEPCIÓN. Esto implica incluir a todos aquellos con los que no simpatizamos, las personas que nos resultan desagradables, los desconocidos e incluso la personas que cometen actos perjudiciales.
No estamos exentos de vivir alguna situación que nos lleve a sufrir en algún grado.
Independientemente de nuestra edad, cultura, nivel educativo o estatus socio económico la vida siempre nos coloca en un escenario (situación) donde al superarla encontraremos justo lo que requerimos para nuestro desarrollo. Y qué mejor, compasivo y humano que superarla con el apoyo; el acompañamiento y el amor de nuestra familia y amigos.
Cuando ayudamos desde el corazón de la compasión tanto el que la recibe como el que la ofrece, recibe su beneficio y se sana.
Veremos un mundo lleno de amor, solamente, cuando nos permitamos ver un universo de amor en nuestro interior.
La invitación es que almenos por 7 días e ideal 21 días realices la Meditación para El Amor Universal.