TIPOS DE MEDITACION

Existen muchos y diversos tipos, técnicas y recomendaciones para la práctica de la meditación.
Muchas de estas maneras están impregnadas y matizadas por la zona y cultura donde se practica. En términos generales, para un observador neutro la práctica de la meditación luciría diferente para un hindú, un chino, un japonés, un tibetano, un chamán y alguna religión. Sin embargo, el común denominador en todas ellas es la respiración. En todos los casos se inicia con la búsqueda de relajar el cuerpo y tranquilizar la mente, para enfocarnos en la tarea y para lograrlo se inicia con el manejo de la respiración. Después de lograr cierto grado de calma…. Poco a poco el practicante guía su práctica hacia alguna técnica en particular como podrían ser la visualización, compenetrarse con algún texto, versículo o mantra, el mindfulness y / o la respiración misma.
Al incursionar en estados meditativos y aunque con todos puedas lograr lo que buscas es posible que una disciplina se adapte a ti mejor que otras.
Existen varios tipos de meditación, con características y enfoques diferentes.
A continuación, describimos algunos tipos de meditación. Descubrirás que puedes meditar sentado, acostado, en alguna postura de alguna técnica yoga, caminando, en posición birmana, recitando mantras o abriéndote al sufrimiento.
Te invito a descubrir algunas de ellas, es posible que haya una que vaya más con tu sentir y estilo de vida a la cual estés dispuesto a abrirte y profundizar en sus secretos.

1. Meditación Zazen (Zen)
Zazen es la forma japonesa de la expresión china 坐禅 que significa «meditar sentado» (Za=sentarse, Zen=meditación). El Zen es una forma de budismo, por lo que la meditación que emplea esta corriente es el Zazen, que trata sobre el vacío o la nada y pone el énfasis de la respiración en el vientre. En el Zazen la columna tiene que estar recta, los ojos abiertos, la barbilla agachada y las manos en el vientre.
2. Meditación Mindfulness
El mindfulness (atención plena) se considera como una filosofía de vida que entre sus herramientas incluye la práctica de la meditación. Su práctica goza de cada vez mayor popularidad debido a su sencillez y a su no requerida vinculación con lo religioso. El mindfulness se puede practicar en diferentes escenarios como caminar, mientras desarrollamos alguna tarea o durante el espacio de meditación.
En el mindfulness prestamos atención a aquello que se está haciendo, abriéndonos también a las sensaciones que nos produce sin engancharnos a otros pensamientos, que en el momento no nos aportan, y que nos distraen. El mindfulness se puede considerar como “meditación en movimiento” o “meditación en acción” la cual se pude acuñar como MEDITACCIÓN la cual nos conecta con las cosas que estamos haciendo.
3. Meditación del Sonido Primordial
La meditación del Sonido Primordial es una técnica originaria de la sabiduría milenaria Védica que usa los sonidos primordiales como mantras. Un sonido primordial es básicamente un sonido esencial de la naturaleza. Aunque, habitualmente, asociamos la expresión mantra1 con una palabra o una frase también podemos construir un mantra con sonidos o usar, como mantra, un sonido universal como el OM, cuya vocalización libera la energía contenida en su vibración generando en el individuo un estado de relajación, conexión e interiorización. Los sonidos primordiales son los sonidos básicos de la naturaleza y se usan como vehículo para llevarnos a profundos momentos de conexión interior.
Para la Meditación del Sonido Primordial se puede construir un mantra personal el cual se determina a través de la Astrología Védica tomando en cuenta los datos de fecha, hora y lugar de nacimiento. Los sonidos seleccionados para el mantra personal se basan en la vibración que tenía el universo en el momento en que naciste.

4. Meditación de Visualización (imaginación guiada)
Visualizar es algo que practicamos todo el tiempo, pero no somos conscientes de ello. Por ejemplo, cuando pasas un rato pensando en el mañana proyectando e imaginándote cosas que pueden suceder(te). Eso es visualizar.
Los seres humanos tenemos una gran facilidad para visualizar, sin esfuerzo, escenarios de temor y muy pocos o incluso ningún escenario de bienestar, amor, prosperidad y logros. ¿Cuál es el para qué de que la mente continua y fácilmente encuentre fuentes de miedo en cualquier escenario que la vida nos coloca y se focalice en ellos? El para qué es muy simple. “SUPERVIVENCIA”. El objetivo biológico de cualquier ser vivo es su supervivencia y la conservación de su especie. Es esta sencilla razón por la cual nuestro cerebro ESTA DISEÑADO PARA SOBREVIVIR.
Sin embargo, en este momento histórico en el que el desarrollo del ser humano permite una vida “sin amenazas” esto es…. sin depredadores, con agua llegando a nuestros hogares y con un sistema social que, sin ser perfecto, nos puede garantizar un cubrimiento de nuestras necesidades básicas, etc. Surge, entonces, el planteamiento de la búsqueda de la felicidad como individuos y como especie y es justo aquí donde nos encontramos con que nuestro cerebro no sólo no nos acompaña, sino que es nuestra principal fuente de sufrimiento.
La visualización comúnmente difundida esta construida a partir de imágenes de inseguridad y desconfianza orientadas hacia el fracaso y la enfermedad. Normalmente acostumbramos anticipar los eventos – lo llamamos planeación- imaginando consecuencias negativas, pero nos cuesta mucho imaginar que todo va a salir bien y elevarlo al nivel de sentir en todo nuestro cuerpo la energía correspondiente a la sensación de que todo va a salir bien.
Muchas de las emociones que experimentamos están precedidas y acompañadas por imágenes. La consecuencia más frecuente es el estrés que aparece después que nuestro cerebro procesa las percepciones que captamos a través de nuestros sentidos. Las sensaciones en sí mismo son neutras, no son positivas ni negativas. Es nuestro conjunto de normas y experiencias de vida acumuladas las que filtran las sensaciones sesgándolas al calificarlas de positivas o negativas en donde la automática y continua construcción de escenarios a partir de estas sensaciones “rumiar” libera la hormona del stress cuya función es prepararnos para sobrevivir a una amenaza momentánea pero que, en el mundo actual, donde no hay depredadores, nos lleva a vivir cuadros de ansiedad y depresión.
Todo lo contrario, cuando el pensamiento es de nuestro agrado y / o cuando visualizamos escenarios positivos, nuestro cerebro libera serotonina, la hormona de la felicidad, para hacernos sentir bien, y desde allí fortalecer los lazos de amor y fraternidad con nuestros semejantes construyendo una fuerte actitud positiva, mejorando nuestra resiliencia, autoimagen y autoconfianza.
¿Es la búsqueda de la felicidad nuestro siguiente paso evolutivo?

5. Meditación Tonglen

La Meditación Tonglen (dar y recibir) es la meditación de la compasión enraizada en el budismo tibetano.
Cuantas veces el sufrimiento de algún amigo o familiar nos tiene afectados y queremos ayudar, sin embargo, no lo logramos porque no sentimos el suficiente amor para ofrecer una ayuda real. En otras palabras, la compasión que quiero mostrar está bloqueada.
En occidente, a toda costa, evitamos el sufrimiento. Sin embargo, la meditación Tonglen nos ofrece una manera para abrimos al sufrimiento, abrazarlo y aceptarlo.
La práctica del tonglen nos enseña a conectar, primero, con el sufrimiento propio y después con el sufrimiento ajeno, con el objetivo de “despertar la compasión que reside en todos nosotros”.
El Tonglen, revierte la costumbre de evitar el sufrimiento por medio del placer, más aún, el de esconder nuestro sufrimiento bajo capas de placer.
La práctica de la compasión permite diluir eficaz y completamente el apego al falso yo – “EGO”- que es la causa principal de nuestro diario y silencioso sufrimiento, ayudándonos a encontrar y conectar con el amor en nuestro interior, liberando a nuestro corazón y derribando las barreras ilusorias que nos separan de otros para irradiar y expandir el amor que somos.
Cuando asumimos el sufrimiento de otros, la armadura con que nos protegemos cae exponiendo nuestro corazón.